Qué tripode elegir (y comprar)

El buen aficionado a la fotografía sabe que su cámara requiere una serie de complementos: batería o juego de pilas adicional, otra tarjeta… y un trípode. El trípode es necesario para evitar elefecto movido que se produce en fotos que requieren un elevado tiempo de exposición y en condiciones de baja iluminación. También es útil cuando quieres tomar una foto de grupo y tú quieres estar en ella, para sostener tu cámara. Pero ¿qué características debe cumplir un buen trípode?. Existe la creencia popular de que cuanto más ligero y pequeño un trípode mejor es: nada más lejos de la realidad. Un trípode debe ser estable

La estabilidad es una de las principales propiedades que se le deben exigir a un trípode. Es necesario comprobar su estabilidad con las patas completamente extendidas. Conviene revisar la robustez mecánica de los ajustes, tuercas o pinzas, y tratar de prever cual puede ser su estado después de muchos usos. Debes tener presente en todo momento qué tipo de cámara tienes: su peso y su volumen. No se requiere el mismo trípode para una SLR con un importante objetivo que para la última ultracompacta.

Rótula

Se trata de la parte del trípode a la que se fija la cámara. Los trípodes de gama superior ofrecen la posibilidad de intercambiar las rótulas, mientras que los más económicos traen rótula fija. Echa un vistazo a los diferentes tipos de rótulas y decide si necesitas diferentes tipos o no.
La rótula nos permitirá conseguir diferentes inclinaciones, ejes de giro y ángulos. No siempre cuantos más ejes mejor: a veces es preferible tener un control más fino sobre los ángulos de posición que otra cosa. Verás que las hay de diversos tipos: 3D, de cremallera, de bola, etc. a los que corresponden también diferentes precios.

Mini trípode (tabletop)

En muchos usos y situaciones en los que hay que reducir al máximo el equipo fotográfico que debes llevar contigo, te puede ser interesante disponer de un mini-trípode. Típicamente proporcionan a la cámara una altura no superior a los 40 cm. Como su propio nombre indica, están pensados básicamente para sujetar la cámara en un ángulo determinado sobre una superficie (no el suelo). Los tabletop son recomendables como segundo trípode, para aquellos casos en los que no es viable llevar un trípode normal.


El buen aficionado a la fotografía sabe que su cámara requiere una serie de complementos: batería o juego de pilas adicional, otra tarjeta… y un trípode. El trípode es necesario para evitar elefecto movido que se produce en fotos que requieren un elevado tiempo de exposición y en condiciones de baja iluminación. También es útil cuando quieres tomar una foto de grupo y tú quieres estar en ella, para sostener tu cámara. Pero ¿qué características debe cumplir un buen trípode?. Existe la creencia popular de que cuanto más ligero y pequeño un trípode mejor es: nada más lejos de la realidad. Un trípode debe ser estable

La estabilidad es una de las principales propiedades que se le deben exigir a un trípode. Es necesario comprobar su estabilidad con las patas completamente extendidas. Conviene revisar la robustez mecánica de los ajustes, tuercas o pinzas, y tratar de prever cual puede ser su estado después de muchos usos. Debes tener presente en todo momento qué tipo de cámara tienes: su peso y su volumen. No se requiere el mismo trípode para una SLR con un importante objetivo que para la última ultracompacta.

Rótula

Se trata de la parte del trípode a la que se fija la cámara. Los trípodes de gama superior ofrecen la posibilidad de intercambiar las rótulas, mientras que los más económicos traen rótula fija. Echa un vistazo a los diferentes tipos de rótulas y decide si necesitas diferentes tipos o no.
La rótula nos permitirá conseguir diferentes inclinaciones, ejes de giro y ángulos. No siempre cuantos más ejes mejor: a veces es preferible tener un control más fino sobre los ángulos de posición que otra cosa. Verás que las hay de diversos tipos: 3D, de cremallera, de bola, etc. a los que corresponden también diferentes precios.

Mini trípode (tabletop)

En muchos usos y situaciones en los que hay que reducir al máximo el equipo fotográfico que debes llevar contigo, te puede ser interesante disponer de un mini-trípode. Típicamente proporcionan a la cámara una altura no superior a los 40 cm. Como su propio nombre indica, están pensados básicamente para sujetar la cámara en un ángulo determinado sobre una superficie (no el suelo). Los tabletop son recomendables como segundo trípode, para aquellos casos en los que no es viable llevar un trípode normal.

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